lunes, 5 de septiembre de 2016

¿Qué es España? ¿Quiénes son los españoles?




La historia debe estudiar los problemas y no ser la defensa de una causa. Con esta premisa inicio un artículo que de primeras resulta complicado de procesar y justificar. Los historiadores encontramos en los nacionalismos un punto de inflexión en el estudio del pasado, puedo afirmar sin miedo a equivocarme que es la única asignatura que enlaza un mundo anterior con la actualidad y que resulta ser manipulada por unos u otros. Reconozco que el estudio de la conciencia de las gentes del pasado ha sido uno de mis asuntos preferidos,  aunque cabe señalar lo complicado del asunto, porque acercarse a una realidad, a veces, no escrita lleva a unos y a otros a modificarla por lo que obtener un resultado objetivo es realmente difícil.



Así pues con este escrito, del que voy a tratar que sea los más breve e intenso posible, nos acercaremos a lo que es España y los españoles.  Un asunto que está presente de forma secundaria en aquello que se ha venido llamar el debate de los regionalismos catalán y vasco, pero que es necesario de destacar para comprender y sobre todo sobrepasar a quienes mienten sobre la Historia, nuestra historia.

Es cierto, estoy de acuerdo en el análisis historiográfico, de principios de los noventa,  en aquello  de que la identidad nacional ha sido un elemento que ha variado en las conciencias de las gentes, sin embargo resulta implacable la realidad nacional que se ha mantenido con el tiempo y es eso lo que vamos a analizar.

Nos remontamos a la conquista romana de la Península Ibérica. Lo que hoy conocemos  como España estaba formada por diversas tribus y sus habitantes no entendían una realidad política, cultural  y social más allá de sus propios límites geográficos. Los romanos, sin embargo, entendían como una realidad común a los habitantes de la Península Ibérica, ellos les llamaban hispanii, lo que se tradujo, tras la conquista del mundo romano, en una organización política común y que derivaría en Hispania y sus provincias romanas.

Es cierto, con la dominación romana no hubo un sentimiento de nación ni nada que se le pareciera, pero sí que los habitantes eran distinguidos como tal  y eran habitantes de una de las divisiones que acometió Diocleciano del Imperio Romano. Y llegaron a la Península se fuerza los visigodos, pueblo  del norte de Europa y cuyos reyes nos hicieron recitar en la escuela a muchos de los españoles. Resulta clarividente que los reyes visigodos tenían una conciencia de unidad del territorio desde la época en que Leovigildo creó la rex Hispania con la que se pretendía la unificación étnica entre romanos y visigodos  y con Recaredo se produce la conversión al cristianismo, aspecto fundamental de los siglos siguientes.

Y llegamos al año 711 con la invasión musulmana de la Península Ibérica, a la que conocían como una identidad unitaria llamada Al – Andalus. Los musulmanes controlaban casi toda la Hispania Romana. Es en éste momento en el que entran en escena todos aquellos cristianos que habían conservado su religión en el Norte y que eran descendientes de aquella conversión cristiana de Recaredo.  Los cristianos se consideraban herederos del reino de los visigodos y comienzan el proceso de Reconquista (término que ya aparece en textos del Siglo IX), por la obtención del territorio perdido. Aquí, sin duda alguna, nace el sentimiento de España como entidad social y cultural que ha llegado hasta nuestros días. Los reinos cristianos que surgieron eran solidarios entre ellos, se consideraban hermanos y compartían la idea de reconstruir la idea política perdida. Por tanto los españoles  nacen con la conciencia de no ser moros, de rechazar al Islam y de considerarse solidarios de la Cristiandad Occidental.


Las coronas de Aragón, Castilla, Navarra y Portugal son las que perduraron en el tiempo y las que, a pesar de las diferencias, no dudaron en unirse en situaciones concretas, como por ejemplo en la batalla de las Navas de Tolosa que ya analizamos en este mismo blog.

Y llegamos a 1469, año del matrimonio entre Isabel de Castilla y Fernando de Aragón lo que llevó a la formación del Estado Moderno y a la unión de los reinos, por tanto a dar la entidad política a todo ese cúmulo de ideas y sentimientos compartidos. España se hizo realidad con la culminación de la Reconquista en 1492, se acabó por cumplir el deseo de unidad territorial de la Península a la que se sumaba una administración compartida. Ese mismo año, 1492 supuso lo que sería el comienzo del Imperio Español con la llegada a América, lo que conllevó la dificultad de hacer un sentimiento común e igual a uno y otro lado del charco.

España era una realidad cultural, social, lingüística y política que con la llegada al trono de Carlos I se enfrentó a la idea de ser gobernada por alguien quien no conocía la tierra y al que le costó aceptar la necesidad de conectar con los españoles. Con el reinado de Carlos I llegó la incorporación de los reinos que heredó de su abuelo Maximiliano. España era una realidad cambiante que afectaba a un mayor territorio  y los españoles mantenían en vigor los valores de la honra, la cristiandad y el patriotismo que llevó a los soldados de los tercios españoles a engrandecer la historia de nuestro país. Llegaron las victorias en Lepanto, Empel o Pavia. España era un Imperio, una nación que dominaba el mundo. Y también llegaron las derrotas, la perdida de nuestras posesiones fuera de la Península.

Llegamos a 1808, España es invadida por la Francia Napoleónica que bajo la idea de la ilustración trató de imponer la guillotina a unos reyes, españoles, incapaces desde hacía mucho tiempo. Los españoles, exaltaron la idea de pertenencia y lucharon por el mantenimiento de sus formas de vida. El 2 de mayo constituye un ejemplo extraordinario del sentimiento español, fue la defensa de lo propio frente a lo extraño. La idea de más vale malo conocido que bueno por conocer potenciada a su máxima expresión. España dijo no a los franceses y se encaminó al liberalismo de las Constitución de Cádiz de 1812. Es cierto España se había quedado atrás, desde el punto de vista político, respecto al resto de potencias europeas, el fin quedó patente en 1898 con la pérdida de Cuba y Filipinas. La política española estaba rota . El fin del Imperio. España se sumió en la flagelación, en la derrota más dura, en un caos de ideas…




El país ya eran dos ideas. Llegaron. 1931. 1936 y 1975. Unos defendiendo la idea de España como unidad de destino en lo universal y tratando de recuperar la idea del Imperio y otros agarrándose en la idea de un sistema de gobierno capaz de generar cambios y que se alejara de toda tradición, lo suyo era romper..  Y aquí seguimos, en esa disputa absurda por ver quien tiene razón en su idea,  incapaces de generar un movimiento de respaldo a la España, a su forma de ser, a su identidad. 

Por tanto, España es esa idea de mantener viva su esencia en lo universal. El objetivo último y primario de lo que somos. El recordar lo que fuimos y mantener esos valores que nos hicieron ser lo que somos.

1 comentario:

  1. Me avergüenza que alguien que se hace llamar historiador pueda escribir tantas barbaridades y sandeces. Historiador de Wikipedia más bien

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