Hoy, 16 de julio de 2016 se cumple el 804 aniversario de uno de los pasajes más importantes de la conformación de España como nación e identidad común, se trata de la batalla de Las Navas de Tolosa que enfrentó a los diversos reinos cristianos que tenían entidad política en la Península Ibérica frente a los Almohades que controlaban el poder musulmán dentro de Al Andalus. Con este artículo vamos a tratar de analizar el proceso que nos llevó hasta allí, concretar aspectos de la batalla y reflexionar sobre sus consecuencias posteriores.
Para situar al lector en un espacio cronológico decir que nos encontramos en lo que se conoce como Plena Edad Media que ocupa desde 1035 hasta 1325 d.C.Éste será un periodo de vital importancia para el futuro de España, fueron en estos años en los que nació el Reino de Portugal fruto de los enfrentamientos de la separación de Castilla y León. Por otro lado el reino de Aragón y el condado de Barcelona se muestran más unidos que nunca conjuntando una unidad indisoluble, quien nos lo diría con los complejos catalanistas del S. XXI.
Estamos ante el periodo de Reconquista, con los reinos cristianos que veían como la influencia franca fue creciendo participando en las campañas contra el mundo musulmán, estos reinos se consolidan y fortalecen ejerciendo regímenes vasallíticos, sobre todo de Castilla y de León sobre los reinos taifas de Zaragoza o Toledo. Castilla y León encajonaron a Navarra bajo un sentimiento de unidad, aunque fuera de corte militar y es que la sociedad era participe de todo el sistema de luchas contra los musulmanes, siendo obligatoria la defensa del territorio, la vigilancia de los murales y la reconstrucción y mantenimiento de fortalezas. Entre los grandes avances de los reinos cristianos tuvo preponderancia Castilla que llegó a recuperar Toledo en el reinado de Alfonso VI, el cual llegó a nombrar como Rex Hispanii, que viene a ser como Emperador de toda España, lo que refleja el deseo de unidad. Por su parte la situación de Al Andalus había cambiado notablemente con la disolución del califato de Córdoba. Desde ese momento se dividirían en reinos de taifas que estaban enfrentados entre sí y que tratarán de buscar aliados para enfrentarse contra el resto de reinos musulmanes.
Entramos en el siglo XIII con Alfonso VIII de Castilla que había solucionado los problemas con León y que había conseguido anexionar al reino gran parte de Navarra, todos estos elementos permitieron avanzar a Castilla sobre las posiciones de Al - Andalus. Es en este momento cuando empieza la política exterior más agresiva de los reinos cristianos solicitando Alfonso al Papa, Inocencio III la bula de Cruzada, por la empresa militar que deseaba emprender. El Papa otorgó la bula y se organiza una empresa importante en la que colaboran todos los reinos hispánicos con Alfonso VIII al poder y colaborando con él: Pedro II "El Católico", rey de Aragón y el rey de Navarra Sancho VII, a lo que habría que sumar la cantidad de soldados portugueses enviados también por su rey y una serie de francos.
Así pues se acomete la batalla de Las Navas de Tolosa, que tuvo lugar el 16 de julio de 1212 cerca de la población de La Carolina en Jaén. Los reinos cristianos ya conocían a las tácticas de guerra de los almohades desde la derrota en Alarcos años atrás, por lo que esta vez les sirvió para afrontar la batalla de otro modo. La victoria cristiana acabó llegando por la gran defensa de los flancos permitiendo a la caballería cristiana centrarse en la parte central de la batalla y con ello el ataque total provocando la desbandada de los musulmanes. Es en este momento donde surge el mito de las cadenas del escudo de Navarra y es que según cuenta la leyenda el rey Sancho VII tuvo una actuación decisiva en la batalla y que liberó a los esclavos de Muhammad An - Nasir llevando las cadenas, Sancho VII, a diferentes puntos de Navarra conservándose en la actualidad en puntos como Roncesvalles y el Palacio de Navarra.
Fue una victoria de la cristiandad unida para lograr un objetivo común, lograr la integración de los reinos cristianos. Tras la batalla se tomaron las plazas de Úbeda y Baeza que fueron fundamentales. Aunque Castilla acabó agotada de todas estas campañas lo que no le permite continuar con la reconquista quedando solo el reino de Granada en manos de los musulmanes pero como vasallo de Castilla, que acabó por unir a España en 1492 con la conformación del Estado Moderno.
Por tanto, el episodio de las Navas de Tolosa conforma todo un proceso de pujanzas y luchas internas entre los reinos cristianos pero con un sentimiento común de unidad, que culminaría dos siglos más tarde pero que ya por aquel entonces permitió poner en práctica lo que se llevaba pensando desde el siglo IX.
Este hecho recobra hoy un mayor protagonismo ante una Europa atacada por los mismos pensamientos y creencias del Siglo XIII y que esta vez no tienen a quien enfrentarse alejados de la doctrina cristiana y con unos preceptos donde el honor de la defensa de la identidad se han malogrado o malinterpretado por aquellos quienes entienden que la historia se repite, error grave que no tiene en cuenta los contextos de las épocasa las que nos referimos. La historia debe ser siempre un análisis de los problemas.
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